Anunciada Tragala, una propuesta de autor con modo meta-juego.

  •  Tragala propone al jugador ponerse en la piel de Kurt, un inquieto joven que trata de escapar de la casa-sistema.
  • El modo de meta-juego incluye cinemáticas relacionadas con situaciones reales, algunos de los poemas que Víctor Atobas escribió sobre la trágala, y un final complementario al del modo clásico.
  • El juego aún se encuentra en desarrollo y la fecha de lanzamiento aún no se ha anunciado.

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Recientemente anunciada para PC (Steam, Windows), esta aventura gráfica se sumerge en el mundo narrativo y poético del autor –el artista transdisciplinar Víctor Atobas– proponiendo al jugador ponerse en la piel de Kurt, un inquieto joven que trata de escapar de la casa-sistema gobernada por la júnjuma, una máquina de control y culpabilización que se conecta a un monstruo sistemático y terrible conocido como Tragala.

La historia de Tragala está ambientada en un mundo apocalíptico donde el poder se ha miniaturizado, pues ya no necesita de grandes espacios disciplinarios, sino tan sólo de una red de pequeñas máquinas algorítmicas conocidas como júnjumas. En cada una de las casas-sistemas que hay repartidas por las diferentes regiones del mundo, una júnjuma controla los cómputos de los flujos económicos, sociales y biológicos, imponiendo los objetivos a alcanzar, sirviéndose de otras máquinas para llevar a cabo un plan muy concreto; someter a los seres humanos a los imperativos de la culpa y la productividad. ¿Acaso logrará el jugador escapar de la casa-sistema?

El juego cuenta con unos gráficos estilo cartoon, que hacen un uso único de la paleta de colores, así como con una interfaz accesible mediante la que el jugador podrá ir haciendo gala de su ingenio resolviendo puzzles lógicos y coherentes; a este respecto, puede considerarse que la propuesta sigue la estela de los clásico del género. Sin embargo, el desarrollador ha añadido un modo de meta-juego, a través del que trata de continuar con su afán de vincular el arte del videojuego con la realidad; así, este modo incluye cinemáticas relacionadas con situaciones reales, algunos de los poemas que Víctor Atobas escribió sobre la trágala, y un final complementario al del modo clásico.

Aunque la fecha de lanzamiento aún no se ha anunciado, Trágala ya cuenta con una página de Steam que puedes visitar a través de este enlace

Tráiler de Tragala:

 

 

 

 

Características del juego:

  • Modo meta-juego: Descubre un novedoso modo que trata de conectar el videojuego con situaciones reales…
  • Historia paródica: estás en la casa-sistema, presa del imperativo de resultar productivo y rentable cada momento de tu vida. Sin embargo, tu cansado cuerpo te impide seguir trabajando, de manera que la júnjuma ha pasado a considerarte como un “pobre malo” que debe ser perseguido y culpabilizado. ¿Lograrás huir de la culpa?
  • Resuelve puzzles lógicos y accesibles: escapa de la casa-sistema haciendo gala de tu ingenio y resolviendo puzzles lógicos a través de una interfaz accesible.
  •  Gráficos estilo cartoon: disfruta de un uso único de la paleta de colores.
  •  Humor: ríete de los “pobres buenos” que compiten y se temen entre sí esperando ser nombrados por la máquina junjumal como candidatos a la liberación.

 

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Capturas de pantalla:




La Segunda Transición vista por un militante del Frente Antiprostitución

lentar a la revolución social sino airear confesiones de alcoba, reflexiones gilipollescas sobre los cuatro segundos que dura el orgasmo y todo eso, centrándose en chorradas como aparecer en las listas de un canon hegemónico que sólo les importa a cuatro gatos negros. Ya saben ustedes para qué sirve eso de la literatura española, para que esos gatos se la machaquen un rato. Y yo estoy de acuerdo en que así debe ser, pues me veo en la obligación de mantener la neutralidad prostitutiva de todo novelista para así intentar acceder a las listas antes mencionadas y vender diez o doce libros más.

claro que, por otra parte, todos los estudiantes y los trabajadores íbamos a seguir siendo prostituidos.

Keylor estaba en la idea de que unos políticos que provenían de un supuesto partido comunista, como el aplicado Pablito Bonaparte, Edu, Yolanda, o Irene La Hermosa Comunista Capitalista, se encontraban obligados, por la vía de la moral pero también por las amenazas de secuestro proferidas por los propios frentistas – una de cuyas células más activas comandaba el propio Keylor-, a reducir a la mitad la jornada prostitutiva en un primer momento, para posteriormente abolir la prostitución de facto, pues aunque la economía de transición al comunismo demandara de forma provisional algunas horas de lo que vendría siendo abrirse de piernas, se había demostrado científicamente que el trabajo podía posteriormente repartirse hasta que no hicieran falta más que hora y media ante el hijoputa del jefe, y bien es sabido que los españoles son perfectamente capaces, y que entre que van al baño a desnudarse, hablan del Real Madrid y se lían un cigarro, son capaces de tirarse una hora y pico sin hacer realmente nada, hasta que se marchan con su virginidad intocada por las sucias manos del capital.

Al poco Keylor me confesó que los frentistas sabían que no se aboliría la prostitución si antes no llegaba la tan ansiada insurrección popular, de manera que habían planeado convocar una huelga general revolucionaria no sin antes haber realizado el triple secuestro de su excelentísimo monarca El Felipista de Hamelín, el señor Pablito Bonaparte e Irene La Hermosa Comunista Capitalista, persistiendo en tales actividades subversivas hasta que Utopos fuera investido nuevo rey y se produjera el advenimiento de la sociedad de vírgenes e iguales.

articipado por los proxenetas barceloneses y toda esa vaina, ya sabes, buey, y luego los propietarios de los prostíbulos multinacionales en Euzkadi, Eroski o como demonios se diga esa mierda de país imaginario, empezarán otra vez a producir banderas para comer, ya sabes toda esa vaina del consenso, pero será todo un timo, una jodida estafa, y claro, mientras discuten sobre lo muy consensuados que están en la defensa del sistema prostitutivo capitalista, aprovecharán para ponernos de putas durante diez horas al día para que ganemos cuatro cochinas monedas y nos alimentemos de banderitas, de putas hasta los 80 años, joder, esa gentuza es capaz y lo sabes, sabes que nos aplastarán si acaso se lo permitimos, pero eso no va a ocurrir, ¿verdad?, ¿verdad que esta vez no dejaremos que ocurra lo mismo que en el Primera Transición?

De eso ni hablar, contesté.

Me alegro de que digas eso, man – en ese momento fui golpeado por el codo de Keylor-, porque mi célula ha sido la encargada de secuestrar a su excelencia El Felipista de Hamelín. Y si plantan a un sucesor, pues entonces también lo secuestraremos y lo dejemos picoteando junto al resto de las aves, así hasta que logremos investir al rey Utopos que, en su cualidad de no-lugaridad, en ese momento de pausa que precederá a la tercera república, amigo, en ese preciso momento el pueblo irá a la huelga indefinida y acabará de una vez por todas con la prostitución a Tánatos y al Capital… en ese momento ya no importará si naciste en el pasillo de los yogures del Eroski-Euzkadi o en un pueblo de la montaña palentina, si vienes de aquí o de acullá, qué más dará eso, amigo, si seremos libres e iguales.

ermitiremos que ocurra lo mismo que en la Primera Transición.

NOTAS:

1. Siguiendo la costumbre de Spinoza de planear algunas cuestiones problemáticas en el apartado de notas del texto, me veo en la obligación, en cumplimiento de la más estricta verdad, de reconocer que milito en el Frente Antiprostitución.




Los grilletes de oro de la izquierda

Sin embargo, echamos en falta construcciones utópicas que recuperen el entusiasmo por el futuro. Esa sería la otra parte del marxismo, si queremos expresarlo así, en la que se nos invita a que retomemos el entusiasmo por el futurismo, así como el empeño en cuidar las semillas del futuro, que van brotando en nuestro día a día.

Pero precisamente, según Jameson, lo que ha de ampliar el marco de esas contiendas es la producción utópica que, aunque se sigue llevando a cabo en la actualidad, tal y como comentábamos en anteriores artículos, no recibe tanto cuidado y esfuerzo como merecería. La utopía ya no se identifica estrictamente con el marxismo, del que toma su capacidad para imaginar estructuras grandes y duraderas como el Estado o el Partido, ni tampoco con el anarquismo, del que recoge su habilidad para dar rienda suelta el deseo y la fantasía. Se podría entender la utopía como una síntesis entre marxismo y anarquismo, desde el pluralismo propio de nuestra época, en la que se establece un debate acerca de si la mejor utopía es la ecologista, la feminista, la tecnológica o cibernética – entre otras–, o si acaso todas esas posiciones, que aparecen dejando huellas en las diversas artes, podrían llegar a componerse y ser compatibles entre sí, pero no con el capitalismo.

No se trata tanto de que proporcionemos una narración, como sugiere Zizek refiriéndose a películas como V de Vendetta, de qué sucedería el día después de que haya saltado por los aires el Palacio de Westminster y la representación parlamentaria – que, cabe añadir, es un concepto de la modernidad emergido de su tumba como un zombi– haya sido finalmente enterrada en el basurero de la historia. No se trata de eso, sino más bien, de leer, escribir y pensar desde las huellas parciales que el futuro – la esperanza– deja en el presente, para entender que si el impulso que subyace a lo que hacemos es el deseo de relacionarnos de otro modo entre nosotros, es decir, de una sociedad sin clases, entonces no podemos contentarnos con las limitaciones de la línea política que hemos venido mencionando, y debemos librarnos, en la medida de lo posible, de los grilletes de otro.