Pescadores de sueños

Pescadores de sueños

 

Víctor Atobas

 

Quisiera
oh, quisiera
vivir siempre
en las límpidas aguas
de Ninguna Parte
y tener por vecino a William Morris;
ver con sus ojos de Moro
el agua fluyendo
por el verde fresco
siempre-por-pintar
de nuevo sin anzuelos de dorados reyezuelos
ni empastados rostros blancos
que absorban la visión.

Quisiera
oh, quisiera
vivir siempre
en las límpidas aguas
de Ninguna Parte.

 

 

 

 

 

 

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Otros poemas de Víctor Atobas:

 

 

Kinderpolitik (o la ciencia política del huevo kinder)

Esponsales

Las memorias de mi país

Poema contra la democracia

Poema al amor trágico

Los cuatro duros

Domingo a diario

La voz de la alemania

Franco arquitecto

El but de jak

La muchacha alada

La filosofía de la trágala

La trágala fuera

Atravieso todas las trágalas

Motor prieta válvula

La autoridad se la dejo a las ratas

Soy feliz cuando llueve

Ciudad cerrada

Doble vínculo

Isla roja

El reverso de la moneda

La nave conquistadora




Pre-compra ya «Amazon como utopía», el nuevo ensayo de Víctor Atobas

 

  • Amazon como utopía (2023) reúne los textos experimentales que Víctor Atobas escribió durante la pandemia y que habían permanecido inéditos hasta ahora
  • El libro saldrá a la venta el 16 de marzo, en formato digital, a un precio de 4,99€

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AMAZON COMO UTOPÍA

 

 Descarga la nota de prensa (PDF)

 

Autor: Víctor Atobas
Editorial: Zoozobra Magazine
Fecha de publicación: 16 de marzo de 2023 en Amazon
Formato: digital (epub, Kindle)
Precio: 4,99€

Sinopsis:

Sugerimos un experimento mental: concebir Amazon como figura de la utopía nos ayudaría a imaginar una situación en la que la totalidad social decidiría sobre las políticas a emprender -por ejemplo, frente a la pandemia- habiendo tomado el control de la economía mediante la planificación. Sin embargo, este experimento que se propone al lector depende del marco más amplio del cibercomunismo, y es a este respecto que resultaba necesaria la ampliación de la primera versión del texto para vincular a Amazon con la teoría cibercomunista, así como concebir a la cadena de bloques dentro de la problemática del fetichismo de la mercancía y criticar los diagnósticos negativos que conducen a la negación del novum utópico bajo la forma de teorías y políticas reformistas.

Además, este tomo publica por primera vez:

Tomás Moro en tiempos del coronavirus: relato que sirve como ilustración artística del experimento propuesto.
• Artículo acerca de los NFTs como utopía.

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Otros libros de Víctor Atobas:

La trampa de Tánatos

Manifiesto ni-ni

Autoridad y culpa

El deseo y la ciudad. La revuelta de Gamonal

 




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Textos:

Debate acerca de la necesidad de un meta-sindicato:
– Parte I: Acerca del meta–sindicato del videojuego
– Parte II: Sobre el debate del meta–sindicato del videojuego
– Parte III: La apertura del meta–sindicato
– Parte IV: Contra el algoritmo: el amor a Jasper y la necesidad de un arma meta–sindical

 

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Contra el algoritmo: el amor a Jasper y la necesidad de un arma meta–sindical

 

Cuarta parte del debate sobre el meta–sindicato del videojuego

Lee las anteriores partes del debate:
– Parte I: Acerca del meta–sindicato del videojuego
– Parte II: Sobre el debate del meta–sindicato del videojuego
– Parte III: La apertura del meta–sindicato

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Contra el algoritmo: el amor a Jasper y la necesidad de un arma meta–sindical

Víctor Atobas

 

Aunque Jasper es popular en el ciberespacio, realizaré una pequeña presentación para quien no sepa de su trabajo. Se trata de un desarrollador colombiano que es un genio a la hora de articular los lenguajes de la máquina: desarrolla mecánicas jugables tan ricas y complejas que más bien parecen implementadas por un estudio formado por cientos de trabajadores; se expresa de un modo singular y maravilloso, atravesando la lengua impuesta por el poder, haciéndola proliferar en direcciones creativas mientras la conjuga con un remix del inglés. De esta manera, en los vídeos que realiza en Youtube podemos encontrar nuevos acentos y expresiones que nos sorprenden y llenan de felicidad. Jasper es un genio, muy joven, que tiene mi respeto y admiración.

Llevado por el amor que siento hacia él, decidí responder a la intervención que realizó a través de Twitter en el debate acerca del meta–sindicado. Jasper señalaba que no había ningún sistema que debiéramos atacar; a su juicio, especialmente en el desarrollo indie, contaríamos con una gran libertad a la hora de realizar nuestro trabajo. Sin embargo, centra sus esfuerzos en el canal de Youtube, donde realiza vídeos acerca del desarrollo de videojuegos; así, ha acabado por acumular un montón de prototipos alucinantes con mecánicas muy complejas. Ha abandonado el proyecto de un juego mucho más acabado, más personal, donde pudiera expresarse en libertad; desde hace mucho tiempo se niega a publicar dicho juego. En ese sentido le pregunté si acaso su decisión se debía a que pensaba que este no sería promocionado por el algoritmo.

Lo que pretendía era precisamente animar a Jasper a que explorara su gran potencial artístico, pues me gustaría que lo desarrollara plenamente. Sin embargo, insistía en que la situación no era culpa suya, sino de la manipulación del medio en que tomamos decisiones. Se trata de un problema que comparto con muchos compañeros, además de con Jasper. A través del algoritmo y los formatos que imponen, en los que inducen ciertas actitudes, gestos, imágenes o discursos, las empresas hacen uso de la tecnología para manipular el medio en el que decidimos: el ciberespacio. De esta manera, el poder nos ofrece un abanico de posibilidades, pero en este caso lo posible aparece en el sentido de lo permitido; es decir, negando la auténtica posibilidad, la actualidad que incluye en sí la potencialidad en un sentido hegeliano. El poder dice: “eres capital humano, y más vale que tus cálculos individuales se orienten hacia la inversión más conveniente en cada uno de los momentos de tu carrera, con que debes estudiar bien las tendencias del mercado y adaptarte a ellas”. Es como si nos tomara, a cada uno de nosotros, por una empresa. “En caso de que no maximices el capital humano que tú mismo eres, serás declarado culpable; tú serás el único responsable de la ruina, sin tener en cuenta los múltiples factores como la clase social o la desigualdad económica.” Por decirlo de una manera resumida, el mensaje que el poder nos inocula en el inconsciente es: “da igual en qué barrio hayas nacido, eres una empresa y debes actuar como tal”.

Este es el problema: nos quieren convertir a todos en empresarios. Pero: ¿por qué el capitalismo necesita utilizar el algoritmo y la tecnología para cambiar el modo en que vemos el mundo? Porque tiene que modelar nuestras subjetividades; fabricar trabajadores sumisos que se limiten a calcular como empresas y a realizar únicamente lo que es permitido por el poder. Además de ser utilizado para controlarnos ofreciéndonos un abanico de posibilidades únicamente en el sentido de aquello que se halla permitido, además de manipular el medio en que decidimos y de modelar nuestras subjetividades para que nos comportemos como malditas empresas; además de todo esto, como digo, el algoritmo y las nuevas tecnologías son dispositivos que el capitalismo necesita para seguir reproduciéndose en el cibespacio obteniendo mayores tasas de ganancia.

Creo que el ejemplo de Jasper nos ayuda a ilustrar esto, pues es un gran programador indie que asegura –él mismo lo afirma– que podría desarrollar juegos mucho mejores, pero no lo hace debido a que focaliza su trabajo en seguir las tendencias del mercado. Sin embargo, tras los tweets en que mencionaba a Jasper, otros desarrolladores indies me enviaron mensajes privados o correos electrónicos solicitándome que dejara de comunicarme con ellos. Aseguraban que la situación que yo vivía se debía únicamente al fracaso comercial de The Bad Son, del que supuestamente yo sería el único responsable; por tanto, debía montar un canal de Youtube donde promocionar el siguiente proyecto y dejarlos en paz. En definitiva, debía callarme y asumir la culpa por mi fracaso; debía interiorizar que era un empresario que se había equivocado a la hora de calcular e invertir.

A este respecto estoy orgulloso de mi trabajo artístico y militante, y acepto con felicidad que Charditronic, Guinxu, Alva Majo, HeyNau y el resto de compañeros de ese grupo ya no se comuniquen conmigo por escrito; sé que he llegado mucho más hondo, he llegado hasta la puertas de la fábrica del inconsciente y las he traspasado. Ese era mi objetivo principal y lo he cumplido en tanto que militante comunista. Ocurrió lo mismo durante los debates del movimiento vecinal de Gamonal (Burgos); propuse el concepto de urbanismo colectivo y muchos vecinos se molestaron, no entendieron, pidieron que me callara y los dejara tranquilos. Apenas podían soportarlo, lo que constituía una buena señal; había tocado una tecla. Al cabo del tiempo, algunos de esos vecinos respondieron a los mayordomos de la ciudad –conocidos como políticos– con la demanda inscrita en el seno del concepto de urbanismo colectivo. No os podéis imaginar la alegría tan inmensa que supuso para mí leer esos comentarios. A este respecto, dentro de un tiempo (¿meses?, ¿años?) veremos florecer la semilla meta–sindical en las bocas de los desarrolladores indies que forman el mencionado grupo. Quizás no empleen el concepto de meta–sindicato, sino que recurran a otro término, pero de cualquier forma seguro que veremos algo de todo esto en el futuro.

 

 

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Textos relacionados:

El impulso utópico en el pensamiento de Fredric Jameson (Tesis Doctoral)

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¿Somos herederos de Moro? El juego sobre el fundador de Utopía se lanzará el 9 de julio en Steam. (Noticia)

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Acerca del meta–sindicato del videojuego

Acerca del meta–sindicato del videojuego

 

Víctor Atobas

 

• El artista y desarrollador indie Víctor Atobas invita a pensar el modelo de un meta–sindicato del videojuego que apele a toda la sociedad.

Lee las posteriores partes del debate:
– Parte II: Sobre el debate del meta–sindicato del videojuego
– Parte III:La apertura del meta–sindicato
– Parte IV:Contra el algoritmo: el amor a Jasper y la necesidad de un arma meta–sindical

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Necesito un grupo que me proteja de la lógica destructiva del mercado, un grupo en el que pueda relacionarme con otros desarrolladores indies de una manera no competitiva y que no se limite simplemente a la negociación de las cuestiones laborales; ahora que el desarrollo de The Bad Son ha terminado, advierto esto con esperanza. Sin embargo, antes pensaba que no existía un sindicato de desarrolladores indies en España; era como si estuviera ciego, cegado por el poder como un esclavo no espartaco.

Realmente sí existe un sindicato así en nuestro país. Cabe señalar que no me estoy refiriendo a la delegación española de Game Workers Unite, una iniciativa que pretende armar una clásica estructura de representación sindical, de la que no tenemos recientes noticias y que no me interesa demasiado. Me refiero a otra cosa. Hablo de que sencillamente no podía ver que ya existía un sindicato de desarrolladores indies apoyándose entre sí, apelando también a los jugadores y a los creadores de contenido. El grupo no había adoptado la forma de un sindicato tradicional, no se parecía a las Comisiones Obreras de hoy en día, sino que guardaba una lejana semejanza con el nacimiento de las propias comisiones como grupos auto-organizados y que en un principio realizaron la función de autonomía. Desde luego, se diferenciaba grandemente de los que organización infiltrada por la lógica del Estado que actualmente conocemos por las siglas de CCOO. Había visto algo por aquel entonces, había realizado un pequeño descubrimiento que ahora me gustaría compartir con todos vosotros.

Realmente, a pesar de los obstáculos que encuentro por doquier, me gusta tratar de realizar pequeñas aportaciones y no simplemente limitarme a tratar de ganar dinero en Steam. No me gustaría que se formara una nueva rama de CCOO dedicada a los desarrolladores; más bien eso me dejaría un tanto indiferente, pues aunque tengo muy buenos recuerdos de mis camaradas de Comisiones Obreras –como Mariano González–, lo cierto es que creo que las organizaciones clásicas no comprenden nuestras necesidades como desarrolladores precarios o trabajadores no garantizados, ni tampoco entienden las potencialidades revolucionarias de la tecnología que podríamos utilizar para liberarnos de las cadenas del mercado y del caos que este genera, de manera que lo que querría es que el sindicato que existe actualmente en estado embrionario fuera tomado como un modelo que nos permitiera pensar un futuro diferente. ¿Podemos pensar otra manera de organizarnos?

Quizás podríamos llamar a ese nuevo tipo de organización como meta–sindicato. Formado por algunos de los desarrolladores indies más conocidos en España: Alva Majo, Guinxu, Kony, Hey Nau, DEVAlen o Charditronic, el meta–sindicato no sigue la lógica impuesta por el mercado a pesar de que por lo general cada quien desarrolla sus propios proyectos artísticos; cada quien es reconocido y amado en su diferencia. Y es que se trata de un grupo formado a partir de relaciones de amor y amistad, un grupo que defiende públicamente los intereses de los desarrolladores indies sobre todo en lo que concierne al apoyo mutuo frente a lógica destructiva del mercado. En este sentido podemos señalar que Steam siempre necesita que salgan nuevos juegos a cada rato, como en una cadena fabril y febril; un proceso de renovación continúa que destruya la viabilidad comercial de los proyectos recién publicados para alimentar la (seudo)novedad infinita; para alimentar, a fin de cuentas, al algoritmo invisible que nos controla.

Al igual que muchos otros, traté de afiliarme al meta–sindicato formado por Alva Majo, Guinxu y el resto, pero me encontré con que necesitaba trabar amistad con alguno de los miembros para poder ser aceptado en el grupo. Tras enviar una propuesta de colaboración a uno de los desarrolladores hacia quien siento una mayor afinidad, sin embargo, tuve la sensación de que algo no marchaba; tal vez la propuesta no había sido bien articulada por mi parte.

El caso es que desde entonces me viene doliendo esta situación, en la que no he encontrado aún un grupo en el que pueda defenderme de la lógica destructiva del mercado. Me duele leer los comentarios en las páginas de videojuegos acerca de que no existe un sindicato de desarrolladores operativo en España, como si estuviéramos ciegos y no supiéramos leer la realidad. Sí, sí existe. Es sólo que uno debe hacerse amigo de Alva Majo o Charditronic para poder afiliarse, y en cierto modo eso está bien porque ellos han formado su grupo autónomo y siguen su propio camino.

Uno no puede pedir que Alva, Charditronic o Guinxu traben amistad con todos los desarrolladores indies de España, pero lo que sí puede pedir es que comprendamos que el grupo al que nos referimos supone un modelo del futuro ya mismo presente, un modelo que nos permite pensar acerca de la necesidad de un meta–sindicato que vaya más allá de las estructuras sindicales tradicionales y que no sólo apele a los desarrolladores indies y a los creadores de contenido; que no sólo interpele a los jugadores sino a toda la sociedad, en tanto que todos debemos superar el desfase entre el avance tecnológico y la fosilización de las estructuras clásicas.

El modelo del meta–sindicado nos permite comprender que los videojuegos son el arte de nuestra época, dada su relación con el ciberespacio y la temporalidad acelerada. A este respecto cabe señalar que el nuevo tipo de organización debería comprender la posición de vanguardia que ocupan los videojuegos, concibiendo de esta manera que la tecnología que utilizamos en nuestros proyectos –como la Inteligencia Artificial o los NFTs, por ejemplo– puede escapar de los intereses del dominio, de modo que dicha tecnología no sirva para controlarnos sino para avanzar hacia un sociedad de nuevo tipo; una sociedad donde la cibernética sea el instrumento de la igualdad y los videojuegos el arte del pueblo.

 

 

 

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Textos relacionados:

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La utopía cibercomunista. A propósito de Paul Cockshott y Maxi Nieto. (Artículo)

Utopía en tiempos del coronavirus (Artículo)

Reseña de «Marx y el comunismo en la era digital», de Maxi Nieto(Reseña)

 

 

 

 

 




Reseña de «Marx y el comunismo en la era digital», de Maxi Nieto

 

Víctor Atobas reseña el ensayo de Maxi Nieto titulado: «Marx y el comunismo en la era digital», en la revista Res Pública.

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El nuevo ensayo de Maxi Nieto, profesor en la Universidad Miguel Hernández de Elche, presenta al lector de Marx y el comunismo en la era digital (y ante la crisis eco–social planetaria), editado este año por Maia, un compendio de su trabajo previo acerca del cibercomunismo, un trabajo que trata de pensar la obra de Marx desde la actualidad y que en el texto que ahora reseñamos se ha visto ampliado con aportaciones sobre el debate acerca de la crisis ecológica.

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ENLACE A RES PÚBLICA

 

LEER:

ReseñaMarx_y_comunismo_eradigital

 

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Enlaces relacionados:

La utopía cibercomunista. A propósito de Paul Cockshott y Maxi Nieto.