La pregunta que vamos a intentar responder en este artículo es la siguiente: ¿acaso la expresión lingüística de nuestras intenciones futuras (Intentaré hacer φ) involucra de forma necesaria una cierta creencia sobre la ocurrencia futura del hecho intencionado (Creo que φ será el caso)? Los teóricos de la acción discrepan sobre este punto, el vínculo entre creencia e intención; vamos a adelantar por tanto un análisis plausible de este vínculo en términos de la creencia mínima requerida para tener una intención. Este enfoque pretende superar ciertos problemas que Davidson, Velleman y Korsgaard han afrontado entre otros teóricos de la acción.
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