Kinderpolitik (o la ciencia política del huevo kinder)
Víctor Atobas
Por qué te niegas
a comprender,
preguntaban entonces los científicos políticos
escupiendo una suerte de lacanés;
la democracia parlamentaria
es como un huevo kinder.
El huevo kinder,
decían con almendradas palabras,
rodaba sobre capas hojaldradas
cubierto con chocolate con leche
rodaba y rodaba
aquello marchaba
(deliciosa, democráticamente)
y todo era maravilloso porque el interior del huevo
aguardaba a ser llenado de nuevo;
no podíamos imponer ningún proyecto
ningún significante amo
ni tampoco adivinar qué sorpresa guardaba el huevo kinder
hasta que desenvolviéramos el plástico de la urna;
debíamos por tanto participar
en el agón
durante el domingo electoral.
Al igual que ayer,
hoy sigo pensando que la historia desvela
(Chile, Grecia,
incluso un barrio como Gamonal)
el secreto que guarda el huevo;
cuando juntos luchamos
tratando de realizar un futuro otro
alzándonos contra la júnjuma
que chilla uno el camino y punto
es entonces cuando la cáscara se hace bola
piedra y diente
y los sables hacen ruido
y muelen palos,
magullados cuerpos duelen;
lo que aparece en el interior del huevo
es la clara yema en miríada
de ojos panópticos
pupilas troikas especulativas
militares tanques búnkeres
que sostienen al estado
asegurando el alimento
de la trágala
capitalista.
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