Domingo a diario
Víctor Atobas
El rastro en la plaza domingo a diario
día del Señor-Santo-Mercado,
expuestos los talles carnes mármoles:
las faces facen gestos despatarrados en suelos regateos
los tréboles dedos de tallos congelados
los cuellos colgantes depredados
las cabezas números enrojados.
Veo las grasientas banderas dando vueltas como perritos calientes
los picantes estudiantes atragantándose con rábanos cuernos
los obreros hundiendo sus ojos en trombas lluviosas de paraguas orujos
los oficinistas errando en códigos tamagochis
todos todo todos
sobre los puestos del rastro.
Hasta mis héroes gitanos han sido apresados en el mercado:
aquí no falta nadie,
todo parece atrapado.
Domingo a diario
día del Señor-Santo-Mercado,
los alemanes mercaderes quieren exterminarme
sacar la escoba y barrer los nidos
de estos jilgueros que salen de mis gritos
–soy un judío que grita pájaros
que vuelan arrojados
hacia mañana lunes.
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