(Imagen generada con una IA que utiliza el modelo de código abierto Stable Diffusion)
Canción para un muchacho espigado
Víctor Atobas
Muchacho espigado
alto el tallo de tu fiebre
por regar la noche hasta los cuarenta grados
de agostos cuba los ópalos de tus ojos.
En el portal de anubis los cometas
atraviesan júnjumas fronteras
y la piedra entre nosotros no es un muro
sino el flujo circular del ágata
pues tú sabes ver en mí un ámbar singular
que hace zoozobrar a la engrisadera
mientras yo veo la geoda
de tu comba saltando siempre flexible
sobre la rígida enredadera del anillo.
Muchacho espigado
alto el tallo de tu fiebre
por regar la noche hasta los cuarenta grados
de agostos cuba los ópalos de tus ojos.
Cuando tu mirada ebria
por delante pasa de la cantera
sin el pulso acompasado de la mano
vas a estampar uno de mis regalos
en el primer cuarzo del estéril garabato
mas te entrego ahora este dibujo de mi canto
para que entiendas que el regalo que me hagas
(y ya sabes cuál es mi anhelo…)
lo cuidaré con sumo tacto.
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