(Imagen modificada mediante una IA que utiliza el modelo de código abierto Stable Diffusion)
Canción a orillas del arlanzón
Víctor Atobas
I
Ceniza de río
con su calcina seducía
hasta la humedad de la escala mayor
y la sirena de la escama chamusquina abriendo su era
de raspa se ofrecía al cereal
para que creciera trágala a batuta amansan
la carne del agua en los siluros.
II
A orillas del arlanzón
compuse una letra
en seguida intenté entonar la primera ripia
mas no escuché sino un desconocido griterío
seguido del junjumal silbato que estéril la gavia
desconchada por la algarabía que calla colora instrumentista
mas no escuché sino la boga del eco en el muro
por miles de júnjumas conformado
de modo que traté de saltar sobre el alambre de ruido
mas el tumulto tocón en altavoces
madrugó frecuencias bajas las espinas
hasta hacer cera de punza en mis oídos.
A orillas del arlanzón
recordé todos los cánticos
que habían salido de mi arrecife manacor
a la manera de palmas sin dátil ni vino
me acordé de todos los cánticos
que habían quedado molares de bajío
allá donde tu agua niña no fluye en su altura
mas con el paso del tiempo
llegó a mí la certeza de que fallaré entonos endudas
mas alguna canción acertará acertará
a alzar el arlanzón en una hiedra que púrpura
trepe por los pedruscos góticos de la catedral
hasta el cielo mismo de las aldeas y los burgos
antes de arrojar sus natatorias
nacidas corrientes en manantial de una vida otra…
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